Bookbot

Miguel del Rey Vicente

    Fallschirmjäger
    Polvo y terror
    Valquirias
    Las garras del águila
    Blitzkrieg
    • La Blitzkrieg fue el nombre popular alemán con el que se conoció la doctrina bélica basada en un bombardeo inicial rápido que apoyaba el uso coordinado de fuerzas terrestres desplazadas en conjunto, a la mayor velocidad posible, para golpear con contundencia y sorpresa al enemigo. Hasta la Segunda Guerra Mundial, con la incorporación de armas y equipos modernos más eficientes, no se utilizó con eficacia plena. Cuando se puso en marcha, tal y como la habían ideado los generales alemanes, la contundente victoria que consiguieron ante Francia, con un ejército técnica y numéricamente superior, fue la razón principal de que muchos pensaran que la guerra, tal y como se conocía hasta entonces, había sufrido uno de sus mayores cambios.

      Blitzkrieg
    • Las garras del águila

      • 254 stránok
      • 9 hodin čítania

      El Congreso de Viena de 1815, que acabó con la era napoleónica e intentó reinstaurar el Antiguo Régimen en Europa, supuso para los territorios de lengua alemana la consolidación de su división territorial. Solo Austria y Prusia gozaban de alguna importancia en el concierto de las naciones y de ambas, Austria,era el modelo a seguir por los estados absolutistas que habían ganado la guerra. Frente a esta restauración nacieron las corrientes políticas liberales y nacionalistas, y fue una revolución de este último tipo la que afectó a Austria en 1848, con una virulencia inusual en los territorios que no eran de lengua alemana y aspiraban a sacudirse el yugo austriaco. La revolución también afectó a los territorios alemanes que estaban fuera del Imperio, pero se comportó de forma distinta y cristalizó en la creación del Parlamento de Fráncfort. Fue un primer intento de unidad alemana, que terminó a finales de noviembre de 1850, cuando el canciller austriaco obligó a los prusianos a abandonar cualquier proyecto que aumentara su hegemonía y disminuyera la de Austria.

      Las garras del águila
    • En la mitología germánica las Valkirias son doce hermosas divinidades femeninas que habitan el Walhalla —el paraíso—, donde recompensan a los héroes por sus hazañas terrenas. Audaces diosas de la guerra que cabalgan por el aire, presencian los combates que ellas mismas arbitran y escogen a los combatientes que mueren en las batallas. Aunque siempre subordinadas a Odín, el dios supremo. No cabe ninguna duda de que las mujeres alemanas, como las Valkirias, desempeñaron un papel importante en el Tercer Reich, mucho mayor que el que su führer les había preparado, mezcla de diosa de la fecundidad y ama de casa. De hecho, la llegada al poder de Adolf Hitler en 1933 no habría sido posible sin su apoyo ni su voto. Tanto de las que vivían muy alejadas del prototipo ideal que exigía el partido, como de las que lo cumplían a rajatabla en las asociaciones femeninas del régimen. De eso trata este libro, de todas esas mujeres —unas anónimas, y otras no tanto—, que compartieron los duros años de posguerra que iba a iluminar la República de Weimar con sus cambios, pero acabaron sumergidas en la profunda oscuridad del nacionalsocialismo. De las que apoyaron a Hitler de forma incondicional, dispuestas incluso a morir por él; de las que no lo hicieron tanto y, por supuesto, de Eva Braun.

      Valquirias
    • Polvo y terror

      • 253 stránok
      • 9 hodin čítania

      En septiembre de 1940, cuando se inició la operación Barbarroja contra la Unión Soviética, no era la primera vez que entraban en combate los hombres de las que ya se conocían como 'Waffen SS', las unidades militarizadas herederas de aquel grupo que diecisiete años antes Adolph Hitler había constituido como su guardia personal. Su participación en las campañas de Polonia, Holanda, Francia y Yugoslavia se había resuelto con altibajos, pero en los campos rusos se darían a conocer al mundo entero. Allí, en lo que les habían enseñado que era un territorio para conquistar y arrasar, fueron capaces de lo mejor y de lo peor. Se comportaron como héroes, combatieron hasta la extenuación, y también cometieron atrocidades inimaginables para una mente civilizada, que inmediatamente se vieron compensadas por otras del mismo calibre realizadas por los soviéticos en el frente del Este y, posteriormente, en el de Berlín. Curiosamente, los mismos tribunales de Nuremberg que se apresuraron a considerar a todos los SS como miembros de una organización criminal, solo castigaron a un puñado de culpables, en general a los militares profesionales de infantería y a los políticos, fácilmente sustituibles.

      Polvo y terror
    • El paracaídas no era un desconocido en el mundo de la aviación. Desde que se había popularizado como medio de salvamento de los pilotos en peligro, durante los años de la Primera Guerra Mundial, todos los expertos de la aeronáutica y teóricos militares habían estudiado la forma de convertirlo en un arma de ataque. En Alemania, la cuestión de su empleo táctico fue estudiada principalmente por la 'Luftwaffe' en la década de 1930, que concibió su uso como una fuerza ofensiva de despliegue rápido en la que hombres y aparatos, ya fueran planeadores o aviones modificados para el transporte como el Junker JU-52, actuaran al unísono. Las unidades que se crearon -los 'fallschirmjäger'- se presentaron el 20 de abril de 1939, en Berlín, encabezando el desfile en honor del cincuenta cumpleaños del Führer. Ese día los asistentes a la parada militar pudieron ver por primera vez masas compactas de hombres, con su característico blusón verde, marchando con energía y disciplina. Tras los primeros saltos de Noruega, heroicos quizá, pero limitados y poco coordinados, vinieron las brillantes acciones de Bélgica y Holanda, y finalmente la campaña de Grecia, que permitió fijar de forma definitiva sus métodos de combate, que eran objeto de apasionadas polémicas.

      Fallschirmjäger